viernes, 19 de marzo de 2010

Fado: Madredeus, Cesaria Evora, Amália Rodrigues

Descubrí el fado hace unos cinco años. Me pasaron una canción de Cesaria Evora y me pareció tremenda. Impresionante... Empecé a buscar información y más música de ella y me gustó mucho. Sodade muy buena:



Me enamoré de Cesaria... Pero algo no cuadraba. Al volver a escuchar la primera canción que me pasaron, simplemente me di cuenta que no era la voz de Cesaria. ¡Ajá, a buscar de quién era!: Y era Madredeus y la canción se llamaba Alfama...



Y aquí una versión más teatral, quizás más emotiva:



Y no se queda atrás otra tremenda voz: Amália Rodrigues. La canción que más me gustó no sé cómo se llama (y mi nulo portugués no me ayuda a saberlo):



Otra buena aquí:



¡Qué tales voces!...

jueves, 18 de marzo de 2010

Movistar: conectados podemos más



Vi el comercial de Movistar y me emocioné (la verdad, sin mentir, hasta las lágrimas). Muy bueno el trabajo de fotografía, de efectos, de edición, la música, las imágenes, la posproducción. Todo impecable...

Pasaron unos 22 segundos más o menos y algo (en mi cabeza) me dijo, ¿cuánto les habrá costado hacer ese comercial y ponerlo en los medios? Y ¿por qué mejor no invierten ese dinero para afinar a sus empleados y den un mejor servicio?

Sin ir muy lejos, la vez pasada pedí dos líneas telefónicas, de las dos solicitudes hicieron una coalescencia y solo se registró una para una dirección que no era. Hice nuevamente otra solicitud para un plan de llamadas ilimitadas a telefonía local y cuando me leen el contrato me salen con que son solo cien destinos y de ahí te cobran tarifa premium... «¿Así era?», pregunté (como estaba en lo de la grabación del contrato no me contestaron hasta que dije «sí, acepto»). «Así es» me dijeron... ¡Bah!, no quiero aburrir... después mi esposa llamó y le dijeron que así no era... Otro ¡bah! Y antes de eso me inscribí en el servico Mimail, un sistema que se supone me me envía por la módica suma de dos soles semanales mis mensajes de correo electrónico a mi teléfono celular. Pues bien, seguí los pasos para la inscripción y cuando por fin recargé y me hicieron el susodicho descuento nunca llegaban los mensajes al celular. Llamé para reclamar. Y en cuatro días han de solucionar la situación y me dieron un código que no apunté y ya olvidé. Por si acaso, no recargaré hasta nuevo aviso.

Aquí hay alguien que pensó y seguro que pasó por lo mismo que yo:

miércoles, 3 de marzo de 2010

Errores ortográficos: la sartén le dice a la olla

En mi país hubo hace un año o más creo, un mayúsculo problema con unos libros de la Editorial Norma sobre el tratamiento controvertido que se le dio a unos temas de subversión terrorista (hay que aceptar que lo que hubo en el país fue terrorismo, tanto de los civiles como del Estado).

Hoy de nuevo, en estos días, han habido desgarres de vestiduras por un sinnúmero de errores ortográficos que han aparecido en unos textos escolares. Véase por ejemplo:
Minedu crea comisión para investigar errores en textos escolares

Pero el problema no son solo los errores de ortografía como lo demuestra Susana Frisancho en su muy informado blog. En fin, las carencias educativas en todos los niveles son un tema recurrente e inconcluso en el Perú (¿estamos avanzando? Espero que sí).

Y bueno, escuché ese tema de los errores ortográficos y justo una compañera de trabajo tenía el diario La Primera de Lima, que trataba este tema: A ver me dije y miren lo que encontré:



En el gráfico el periódico denuncia muy orondo que hay tres errores, que están marcados, cada uno, con un ovoide rojo:
1) «lingúistica»
2) «solo»
3) «esta creo»

Mis ojos se quedaron clavados en los casos dos y tres porque... ¡Ahí no hay error!

Ya es una regla de hace varios años que solo no se tilda y que los pronombres demostrativos este, esta, etc., en función de sujeto, tampoco.

¡Hábrase visto!

Y, además, me parece que los diarios y afines (o quizás los editores, los jefes de prensa, los directores, cuando no los correctores si es que hay de estos medios) son los menos indicados para ejercer una cruzada contra las erratas, pues en mayor o menor medida hay una retahíla de errores no solo ortográficos, sino de sentido y hasta de diagramación, que aparecen unos más y unos menos.

Yo que soy lector usual de El Bocón (un diario deportivo, que mantiene algunos buenos redactores, aunque antes había mayor calidad), veo esta clases de gazapos todos las veces que lo leo (y si alguien quiere ver un ejemplo de cómo no se debe escribir y corregir una columna deportiva váyase directo a las horrorosas columnas del ex Niño Terrible Challe); lo mismo, aunque en menor medida, pasaba en PCworld de Perú y en La República, que también la leo y paro de contar porque no leo más de estas publicaciones...

En fin, lávense los pies antes de poner la pierna en alto...