miércoles, 14 de julio de 2010

Diagrama de flujo editorial

Me encomendaron que haga un diagrama de flujo editorial y lo hice. Como por cuestiones extraprofesionales ya no lo he presentado, pues se me ha ocurrido ponerlo aquí.

Para elaborarlo hice una investigacióon no tan ardua en Internet. Quizás si alguien me lo pide pueda poner los vínculos, pues he encontrado información interesante desperdigada sobre estos temas. Y si me señalan alguna dirección interesante sobre este tema, muchas gracias.

Aclarar que este es un diagrama de flujo perfectible nacido como una propuesta de estandarización de procesos que ya habían sido consagrados empíricamente en una determinada editorial. Quiero decir, que no me he basado en cuestiones teóricas del cómo debe ser, sino de orientar y definir procesos ya existentes. Sería muy interesante mejorar este trabajo poniéndole más variables y referencias a un manual de funciones (y este de la mano con un organigrama de jerarquías) donde se consignen las personas encargadas de cada proceso. Yo lo empecé a hacer pero se ha quedado inconcluso.

Otras herramientas necesarias para que funcione este flujo son los manuales de estilo, referidos al diseño como a la lengua, los manuales de corrección y las hojas de supervisión de los procedimientos.

Decir, además, que dependiendo de las empresas editoriales o de cualquier empresa que tenga que «publicar cosas», un diagrama de flujo editorial varía en varios sentidos. Puede ser que alguna privilegie el tratamiento del texto, como en una revista científica, por lo tanto el tiempo de revisión de este será mayor; o quizás, como en una cuidada revista comercial, el tratamiento de las imágenes y el retoque exija un equipo afiatado de diagramadores y diseñadores y, por consecuencia, el tiempo en esta etapa será mayor.

De todas formas, cualquier proceso editorial será en cuestiones «macro» de la misma forma así se utilice una Mac o una PC, utilicemos papel canson, fotolitos o CTP. Otra cuestión es el detalle, originalidad, dinamismo y/o matices que se puedan incorporar a un trabajo editorial. Esto solo lo puede brindar (hasta hoy es así, yo no sé mañana) el profesional humano.

Claro, por supuesto, la tecnología ayuda a que un proceso encuentre más fácilmente ciertos resultados. De acuerdo, pero eso se cumple cuando la tecnología cae en las manos adecuadas. Ya lo dijo el gurú José Martínez de Sousa en el ya lejano 1998 en el artículo Las nuevas tecnologías en el tratamiento de los textos (Los neotipógrafos). Esta realidad no ha cambiado y más bien diría que ha madurado: los procesos deben ser cortos, rápidos y simples.

Nada más, miren y comenten, plis: