Mi padrino se llama Ernesto Hermoza y su hijo también. A este último le decían junior (no júnior) por obvias razones. Hasta donde lo vi y conversé con él (claro fue hace cuchocientos años, antes, incluso, que se trepanara la cabeza cayéndose de una moto cuando tenía alrededor de quince años) no tenía oficio u arte conocido. Luego, en un pestañeo, pasaron unos años: Ernesto Hermoza (el junior), convertido en excelente guitarrista flamenco.
Véanlo y escuchénlo (hay una parte donde toca el himno peruano. Muy emocionante y singular):
Y aquí la razón del encabezado:
Tremendo. Un orgullo haberlo conocido.
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