martes, 3 de noviembre de 2009

Denme un título y yo pongo el tema

Soy solo bachiller y es algo que me pesa desde hace un tiempo. Así que me he decidido a "sacar" mi título.

Y... ¿cuál es el problema?

Sucede que luego de haber trabajado tantos textos, asesorado tantas tesis de otros (además de redactar y hasta investigar), me encuentro con que no sé sobre qué investigar. Hace unos diez años me interesaban los temas de diglosia, contacto de lenguas y el español andino. Redacté algunas páginas sobre estos temas en ese tiempo. Pero luego, por cuestiones de trabajo, me zambullí en los temas normativos de los cuales ya no he podido salir.

Antes de esto, por influencia de mis estudios lingüísticos en San Marcos, disicriminaba los estudios prescriptivos, y privilegiaba la lingüística del habla, como bien me hizo diferenciar en una clase magistral el profesor Jorge Chacón Sihuay.

Ahora, con más bagaje y con más recursos —en temas de lingüística normativa, quiero decir—, me asaltan nuevamente mis antiguos argumentos. Pero bueno, dada mi realidad, de tener que estar fuera de casa más de 12 horas y llegar y «caballero» estar aunque sea un par de horas con mis hijos, no podría aventurarme a una ardua investigación de campo, que de hecho sería lo más conveniente para una tesis. En fin, tampoco es cuestión de desaprovechar lo que uno ha leído o ha podido deducir en estos años de contacto con diccionarios y manuales. El reto es hacer de lo que tengo un estudio académico, lógico e irrefutable en lo posible.

A buscar un tema (o un título) se ha dicho...

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